lunes, 7 de diciembre de 2009

Janela



Era martes, o jueves, no sé. Leon, Leona y yo transcurríamos las cuatro de la tarde, cada uno a su forma, dentro del departamento. De pronto escuchamos gritos en la calle. Cada uno desde su cuarto asomó la cabeza. Vimos una escena que nos atrapó, un taxista gritandole desaforadamente a su pasajera. PAGAMEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEE!!! Vivimos en 7mo y se escuchaba como al lado. La señorita no emitía sonido, no ejecutaba movimiento. Creo que iba a desmayarse. Y el taxita, por su parte, también creo que iba a desplomarse en el piso, del ataque cardíaco producido por sus gritos. Duró fácil unos 10 minutos el monólogo desesperado del tachero. Hasta que después de girtar: alguien llame a la policia por diosssss....pagaaaaaaaaaaame!!!! Un obrero mameloockeado se acercó, le puso 20 pesos en la mano al taxista y la chica huyó, pero no corrió, siguió su camino como quien camina por Santa Fe mirando vidrieras. El taxista quedó helado y después de unos segundos caminó hasta su vehículo refunfuñando: pero te das cuenta que...
Yo miro a los leones que seguían embelazados en su balcón, vecino al mío. Leona me tira una sonrisa.
Cerramos las ventanas y corro a su cuarto, a hacer con urgencia el "cinedebate" de la situación. Leona sintetiza diciendo: así da gusto tener ventana, ché.


No es genial mi madre?

2 comentarios:

  1. es genial tu madre
    y la piba que no paga ni huye
    y el mameluco que garpa
    me encantó.

    ResponderEliminar
  2. Tu madre es hiper grossa

    ResponderEliminar