viernes, 30 de marzo de 2012

Viajar, otra vez.

Armé valijas desde chica, cuando me iba a Gesell con mi familia. Seguí armando valijas de más grande y las volví a desarmar. Me gusta viajar, me gusta conocerme en realidades nuevas. Me gusta la comida del avión y me gusta pensar en lo que me espera en el aeropuerto. Me gusta escribir diarios de viaje y guardarme las caras de nuevos amigos en la cámara y en mi corazón.
Pero desde hace un tiempo que no armo y desarmo, anduve por aquí últimamente, viajando, pero para adentro.
Me dediqué a recorrer los más recónditos rincones de mis entrañas, paseé por mis venas jóvenes y saqué fotos por los pasillos de mi corazón. Fue un viaje manso y feliz.
Hoy, después de tanto recorrido, arranco un nuevo viaje. Con valijas, camas, cajas, bibliotecas y hasta una perra. Saco pasaje y chau, me voy. Me voy a viajar de nuevo y ojalá que para siempre. Me voy a la aventura de la cama calentita, la novela de las 11, la luz de la ventana, el mate con facturas, la cachorra en medio de nosotros dos, las estrellas en la pared a través de la persiana, el río y el asadito.
Me voy a viajar con el gran pez, que es el mejor contador de historias, el que me hace reír más que nadie. Me voy a viajar con él, que por sobre todas las cosas, me hace feliz como la puta madre.
Ansiosa, impaciente, quiero llegar ya. Vivir la vida con este pedazo de hombre que me toco en suerte. Y seguir sacando fotos de viaje, llenas de colores y rock and roll.

Bienvenido a mi vida Tigre.
Bienvenida a casa Miranda.