sábado, 29 de mayo de 2010

Ser Vicente

Musiquita, tin tin tin, pestañas enormes que hacen fiuuuuu, cachetitos que te hago ayayayay, la trompita uyuuuuuuyuuuyuy! cosa cosita cositita. Apretujo, besuqueo, me babeo, miro, suspiro, rio y naaahhhh. Te mato te reviento te ayyyyyyyy. Ser Vicente es una cosa de locos.





Feliz vida cachorrito!

miércoles, 19 de mayo de 2010

Una moneda para la gorra del intérprete

Me senté en el último vagón, muerta de frío. Con los dedos duros le mandé un mensaje al gran pez, "saliendo en cinco". Por lo general me enchufo los auriculares y no me despierto hasta Tigre. Esta vez puse pausa, mientras se preparaba el viejito. Se sentó en un banquito, muy porlijos, él y su guitarra. Su pelo blanco, su raya al costado, su pantalón pinzado y zapatos recién lustrados. Su sonrisa de primavera y su voz de bandoneón. Comenzó con Sur, siguió con Uno, busca lleno de esperanzas el comino que los sueños prometieron a sus ansias. (Esa me la sé, porque la cantaba Luis Miguel). El viejito parecía haberse dispuesto a dar un show por amor al arte, más que salir a buscar monedas para vivir. Cuando por fin terminó, se paró jóven y confiado. Mientras guardaba sus petates nos hablaba, a mí y a mis compañeros espectadores. "Bueno, divinos, ya me voy, pero no se olviden que solo el amor, salvará al mundooooo!" Y esas "ooo" las cantó como un rulo de montaña rusa. Entonces me acordé que una vez lo imitaron en alguna reunión familiar y supe que era él: EL PREDICADOR. Mientras pasaba la gorra seguía su sermón sobre el amor, los hombres, Dios y la paz. Intercalaba con su muletilla: "una moneda para la gorra del intérprete, gracias divinos! gracias!". Una vuelta y otra más y la gorra se dio por satisfecha. Guitarra en mano, banquito en la otra, el intérprete comenzó a alejarse, pero llegando al cambio de vagón, se dio vuelta, nos miró, suspiró y dijo: se preguntarán por qué sólo el amor salvará al mundo. Solo seremos felices si obramos como Cristo y comunicamos su palabra a aquellos, que como yo, no van a la iglesia Ustedes cristianos son los representantes en la tierra, son sus ministros! Si obran como él, me van a amar a mí, no me van a criticar, no me van a discriminar. Van a AMAR. Y si me aman, yo amaré a otros. Y se armará una cadena de amor. Pero ustedes tienen que empezar. Es muy simple, más de lo que parece. Por eso solo el amor, salvará al mundo!
Hasta mañana divinos!

Pasaron dos segundos, el predicador se perdió, con su sombra y su rastro. No quedó nada de él. Solo rostros de pasajeros, hermanos, amigos, amantes, trabajadores, jefes y desocupados. Todos lo habíamos escuchado, pero volvimos a jugar a los pasajeros y nada quedó de los espectadores del show. Al menos hasta Nuñez que subió el de los Beldent, chicle confitado sin azucar por solo dos pesos la caja lo que vale.
Y vuelta a empezar con el revoltijo de historias que suben y bajan, de tren a andén, de estómago al corazón.

Bajate en Carupá, me mensajea. Supongo que mejor, así compramos la comida en el mercadito de ahí y después vamos para Tigre, quizá me deje manejar!

viernes, 14 de mayo de 2010

De boyas y la nada

A veces la gente que tiene una meta en la vida, un objetivo, una vocación, una pasión, un deseo claro,  parece más errático que aquel que no busca nada y queda estático en un mismo lugar. El errático parece que va boyando por la vida, perdido, inconstante, hasta inmaduro; el estático por lo contrario, es más estable, responsable, más adulto. Me pregunto si no será que es más fácil no buscar y permanecer en ese estado perenne de la nada, la divina y deliciosa nada, donde no hay peligro, ni un mañana azaroso. El errático en su afán por llegar, busca sin mapas el camino hacia la meta, jugando a la prueba y el error, condición sine qua non de esa difícil aventura.

Ahora que lo pienso, puede que haya un equilibrio entre los dos.
Mientras no lo encuentre, creo que ya sé de qué lado estoy.

lunes, 10 de mayo de 2010

Buscando a Clarita

Es hija, es hermana, es alumna de muchas maestras y ahora también la mía. Los miércoles agarra su guitarra con pocas ganas, no mira a las demás, se concentra en su nada, se va quién sabe a dónde. Sigue tocando con mirada perdida, amaga con retirarse unas tres veces, pero no se retoba cuando le pido que vuelva a sentarse, lo hace casi por inercia, ni siquiera protesta con los ojos. Clarita toca la, toca mi, le cuesta el re. No me mira cuando le corrijo los deditos, no sonríe ni siquiera si la engaño diciéndole que lo hace muy bien. Las demás le tienen miedo, Clarita es la chica de la cara de piedra, la que se aleja sola en el comedor, la que no abre la boca, la que ladra con los ojos.
La vida a Clarita le pasa por al lado y a mi se me parte el corazón.
Después de la última clase, habló. Dijo, tengo miedo. Se abrazó fuerte a su maestra y me miró de reojo. Yo esperé a un costado la charla, le correspondí la mirada sin saber mucho qué hacer o decir. Y al final de cinco minutos, se colgó su guitarra al hombro, se subió las medias y me tiró con su mano derecha un hasta mañana.
Pobre Clarita.

jueves, 6 de mayo de 2010

Mujeres nuevas

Cómo me gusta conocer mujeres nuevas.  Pero exactamente el momento en el que las estoy conociendo. Esa etapa como de enamoramiento, donde irrumpen la admiración, la empatía, la complicidad, el te cuento mi vida, me contás la tuya....uy uy uy ya me veo tomando mate en tu casa, lo ví, lo estoy viendo, sí, clarísimo, vamos a ser íntimas, uf. Cómo si fuese un flechazo. Me encanta. Y es algo que se me da muy bien, además. Si me copa algo de alguien que no conozco, le meto garra hasta conquistarla y hacerme amiga. He fallado alguna vez, por supuesto. Pero he triunfado la mayoría. Me gusta la gente. Me gusta ir encontrando mis otras yo en las demás. Eso es de nerd? Me chupis. Además, salí mejor compañera en 7mo grado.
(En 5to no me votaron hijas de su madre)


Me vino a la cabeza este temón que pasaba Lucho Avilés en Indiscreciones (el estribissshhhooooooopordioschau!)

martes, 4 de mayo de 2010

Eu nao quero dinheiro, eu so quero amar

Te la van a robar, me dice siempre mamá. Ella no usa billetera, le parece el mejor método antirobo. Tiene algo que se parece a una billetera, donde guarda sus documentos. La plata la guarda en el bolsillo de la cartera. Por ahora el método es infalible, pero yo sigo pensando que un día le van a robar esoquesepareceaunabilletera y se va a quedar sin DNI, registro, estampitas y demases. 
Yo uso y es verde. Prefiero correr el riesgo del peligro y sentir el placer de verla cada día salir de mi cartera, con ese glamour que sólo ella tiene. 
Mi billetera no es cómoda, le pongo un poco de moneditas y ya cuesta cerrarla. Encima el monedero es el antimonedero, antes de subirme al colectivo tengo que empezar a sacar moneda por moneda como cuatro cuadras antes, haciendo contorsionismo con los dedos. Pero de todas formas, me sigue resultando simpática.
La billetera, al menos la mía, tiene vida más allá de sus billetes (que por supuesto brillan por su ausencia la mayoría de las veces). Mi billetera cuenta mi historia y mi vida.
En la parte donde supuestamente debe ir la foto de familia, tengo una foto que recorté de una revista alguna vez, es una esquina, me hace acordar a Madrid, una pareja se besa, es de noche. Atrás de esa foto tengo la tarjeta de mi psicóloga, no sé por qué elegí ese lugar, pero ahí cayó el día que me la dió. Y atrás de la tarjeta de Vero, estaba hasta hace un tiempo, una foto de una pareja que ya no existe más, tampoco sé por qué estaba ahí, encima dada vuelta, en plan penitencia (ya esta, che-fe-no-ta-má). 
Adentro, además del antimonedero, esta el famoso tarjetero. A la primer solapa le cuelgan unos 7 clips para el pelo, a la siguiente la cédula de identidad de una miranda accidentalmente risueña; y en la última: Accord Salud, Universal Assitant, Visa, Debito Galicia y el Monedero del subte (vamos, que sólo uso esta última, el resto están para hacerle ilusiones a algún carterista). 
Por último, lo mejor, el billetero (que viene del latín billetum). En este mismo instante, tiene uno de dos y otro de cinco, sí, tríste, tristísimo. Pero a falta de divisas, contamos con papeluchos, léase: los deseos de año nuevos de mis últimos cuatro años, que religiosamente guardo allí y cada tanto releo y tildo, a ver si la suerte, el esfuerzo y Dios me acompañaron. Se preguntarán cuál es el saldo de tal evaluación, seguro. Y sí, positivo compañeros, po-si-ti-vo. Siguiendo con el papelerío, encontramos una perla de las de Perla, lindísima; también tengo la tarjeta personal de una fotógrafa grosísima con la cual tengo el placer de compartir taller; tengo una foto de Tina Modotti, no tan contemporánea como la otra, pero sí, gran ícono de la fotografía de principio de siglo XX (gracias linalimón!); están también mis pastillitas de cada día; el dato de una casa de lana donde tengo que ir a comprar hace meses la lana que me falta para terminar el saquito; tengo dos pastillas para el mareo, resabios de mis tiempos en el barco, una manito de la buena suerte, que me regaló la Chichi, mi cuñada y por último, un poema de amor, el primero que me escribieron en toda mi vida, el más lindo que jamás se haya escrito y del que espero no sea el último!


(haceme un click y escuchate esta de Ivete que es lo-mas!)




domingo, 2 de mayo de 2010

Y un día por fin se encontraron






Antes de mí tú no eras tú,
antes de ti yo no era yo,
Antes de ser nosotros dos
no había ninguno de los dos


love you