sábado, 26 de febrero de 2011

Yéndome

Dejar el hogar.
Dejar a mamá.
Dejar a papá.
Dejar a los leones y sus mil cosas.
Dejar el hogar, crecer y toda esa perorata fatal.

Cierro los ojos y pienso, por qué no puedo volver a mi infancia.
Quiero quedarme ahora mismo en esa casa, con mis hermanos y mis Barbies.
Quiero volver a ser la más chica. Enfermarme y que me pongan la tele en el cuarto.
No tener nada que hacer más que correr en el patio y quitarme el calor con la manguera.
Llorar porque no quiero comer, porque no quiero ir al colegio, porque no quiero dormir siesta.
Quiero vivir con mis hermanos, escuchar detrás de la puerta mientras se encierran con sus novias. Que vengan sus amigos a comer asado y quedarme dormida en el sillón, mientras la casa se sigue llenando a las 2 de la mañana. Quiero que me pidan imitar a Juana Molina. Que me hagan escuchar Mano Negra y Los Rodriguez. Que me reten, que me lleven, me traigan y me obliguen a dormir.

Quiero que mi papá me compre facturitas, que me alce y me lleve a lo hondo del mar.
Quiero que mamá me organice la colonia de vacaciones con mis amigas y me invite a hacer guerra de merengue después de preparar un rogel.
Quiero que me den para siempre el beso de las buenas noches.

Ya está, me voy.
Esta sí, prometo, es la vencida.

martes, 1 de febrero de 2011

El amor también viaja en avión

Una arranca y ya tiene como tres en la mira. Esa seguro se paró en un banquito y saltó con el pie derecho al dar las doce. Seguro. Viajó hasta allá, pero no lo encontró, cuestión de agujas, cuestiones del corazón. Encontró en cambio a otro, que pronto viene a visitarla y a repetir buenos ratos. Otro amenaza con tomarse un avión y buscarla. Ella ese avión lo tomó hace un año y qué atras quedó, quedará, quedaste varón. Ok, donde quedó la malaria del 2010? Toma ya Perlita, fresca bien fresquita.
La otra, pequeña y tan verde mi pajarita. Viajando directo al corazón. Con su teatro acá y su protagonista allá. Qué cosa, cosita. Vive los días en Europa como si allí viviera, sin mirar ni de reojo las maletas, sin desperdiciar el tiempo en rodeos. Aqui y ahora mi reina con su rey.
La otra, de piernas largas, volviendo con caribe y sol en las venas, esperando el reencuentro del reencuentro, llegando después de tanto esperar. Le toca hoy a ella arrastrar la valija y él, que tanto fue esperado, recibirla con ansiedad.
Mi otra mujerona, amiga y valiente viajera, prepara de a dos el equipaje, después del ruido de una gran manzana, después de tanto buscar la felicidad. Hoy se va de la mano de un amor, buscando amar ese lugar que no es suyo, que no es ella. Amando mucho, pisando firme, creyendo en el futuro. Esa es mi amiga eterna.
Y aqui yo, que ni avión, ni maleta. De cabotaje y sin extrañar a nadie, con el amor cerquita, bien pegadito. Que el viaje lo hacemos todos los días, que yo no quiero echarlo de menos, que yo lo quiero así, al lado, conmigo, así.
Así.