lunes, 16 de noviembre de 2009

Yo. Secretaria

Este universo se limita a pocos metros, a la derecha podemos observar un fax, un teléfono y un posnet, de frente un maravilloso escritorio con reloj, tres cuadernos, fichero de los 70, mis cerealitas y llaves. Detrás de mi refugio, esperan las fieras.

Desde las ocho van llegando, kinesiológicamente, uno tras otro.
Las fieras acompañan a los pacientes que vienen a realizar durante cuarenta minutos, sus sesiones de ultrasonido, magneto, reeducación postural, etc.

Vilma lo acompaña, por ejemplo, a David, lunes, miércoles y viernes.

Él se para de su silla de ruedas y se va con la kinesióloga de turno. Ella, espera como un soldado en la sala de esperas. Pobre Nidia.
Será que soy muy observadora o es que a mí los personajes me persiguen? Es posible que esté chateando con mi amiga María y en eso el ojo se me vaya un poco, solo un poquito a la izquierda y la vea? Por qué? Por qué tuve que verla.
Nidia, de unos 50 años, 90 kilos y quién sabe hijos o marido, degustaba un Pico Dulce en el segundo anterior a que la mirase, porque cuando lo hice, ya tenía el chupetín, del lado del palito blanco, metido en su oído, haciendo las veces de isopo antihigiénico. OMAIGOD!!! rasca que te rasca el palito ahí adentro, es necesario Vilma? Ella, no se crean que tuvo ningun tipo de pudor, no, con la otra mano sostenía la revista Cosmopolitan, me pregunto si se estaría excitando con algún artículo del estilo: "10 consejos para manejar su paquetito" Muy concentrada estaba Vilma, quiero creer que no se dio cuenta, cuando terminó el momento isopo, siguió dandole al chupetín como si nada hubiera ocurrido. OMAIGOD, Nidia, por qué me haces esto.
Le cuento a María, ella se reía más que yo, que por las carcajadas me tuve que tapar la boca, para no despertarla. Porque claro, después de los 10 consejos sexuales, quedó tan agotada de solo imaginarse a sí misma ejecutándolos, que se quedó frita, revista en mano, cabeza para atrás y palito blanco saliéndole de la boca cual chimenea. Una imagen imposible de olvidar. Pobre Vilma.
Cuando por fin pasan los cuarenta minutos, vuelve David. La kinesióloga lo ayuda a sentarse en la silla y Nidia despierta. Falta firmar el papelito Miranda, me dice. Asique paso la tarjeta de la obra social, sale el ticket, lo apoyo en la mesita, adjunto lapicera y digo: Vamos David, un autógrafo (cómo odio la gente que dice un autografo en vez de firma, por qué lo hice? me quería hacer la mina canchera que le copan los viejos? un asco lo mío). David con todo el esfuerzo del mundo, alza la mano, toma la lapicera y empieza a revolear los dedos como para llegar al incio de la línea punteada. Tanto fue el revoleo que la birome desapareció en el aire.
No la veo al rededor. David, se le debe haber caído encima, fíjese. El pobre no pega pié con bola, clarísimo está, ni siquiera entendió lo que le dije, menos iba a buscar la lapicera.
Intento de nuevo. David, fíjese si tiene la lapicera encima, no lo veo desde acá atrás.
Y nada, pobre David, me miraba desorbitado. Entonces actúo, no queda otra. Doy la vuelta al escritorio, me acerco a su silla y la veo. Demonios. La lapicera estaba ahí. Por qué me pasa esto. La maldita lapicera estaba ahí, justito, no pudo haber caido peor, no encontró mejor lugar, tenía que ser ahí, al lado de su paquetito. OMAIGOD.
David, ahí esta. Agárrela David, vamos!!
David me mira, abre los ojos y en un balbuceo me dice: qué?
Que la lapicera David, se le cayó ahí, agárrela hombre, la ve? está ahí.....la lapicera Daviiiiiiid!!!!
Se suponía que tenia que meter mano yo? Pobre señor mayor!!!! Y Vilma??? Que onda Vilma??? Esperaba que le meta los dedos a las partes íntimas de David???
Bueno, sí. Se ve que sí, porque no reaccionó. Tuve que tomar el toro por las astas y entrarle al paquetito. Cerré los ojos, metí mano y la rescaté. La Bic esta a salvo. Y David, seguía sin enterarse de nada. Pobre, si al menos fuese conciente, a la tarde tenía anécdota para contarle a los muchachos del bar.

David, Vilma y el chupetín se fueron. Quedé exhausta. María, del otro lado seguía haciendose el día conmigo. Y yo que pensé que después de OSDE no iba a tener más anécdotas. OMAIGOD.

3 comentarios:

  1. Muy rico todo, no?
    Pero...
    ¿¿¿Y LAS FOTOS???
    ¿¡¿¡¿¡Adónde están las fotos de Nidia y David!?!?!?
    Así, no.
    Demasiado esfuerzo hago.

    ResponderEliminar
  2. La imaginación es uno de los mayores tesoros que tiene el ser humano. De verdad te gusataría verla a Nidia? No preferis quedarte con esa imagen de la gordita rechoncha, simpática, seguro le pusiste algun lunar, algun rollito de más. Dale, amigate con tu creación.

    ResponderEliminar
  3. Juaaaaaaaaaaaaaa
    me las imagino a las dos tentadisimas!
    Que gracioso!!!!
    La felicidad de David...! Otra mas cayo en su trampa! estaba completamente conciente Miranda!!!!... El barrio entero lo conoce x ser habil con las bics de las secretarias!

    ResponderEliminar