lunes, 15 de febrero de 2010

Quiero ser tu Guaymallén

Kiosquero no estaba detrás del mostrador como todos los días, kiosquero estaba en la puerta del kiosco, apoyado sobre una pared, mirando la gente pasar. Lo vi desde la esquina. Ahí estaba, espléndido él. Por fin asomaba la cabeza, siempre estaba tan recluido ahí adentro. Y yo que desde que volvió no pude comprar ni un marroc.
Yo estaba divina. Ideal para pasar, con mi mp3, con el pelo al viento, mis uñas rojas y esa frescura de domingo.
Me acerqué unos metros, sonaba Oasis en mis oidos. Faltaba Ashton Kutcher y completábamos la escena.
Pero de pronto, mis piernas se retobaron, se cortaron solas y bajaron el cordón, como quien dice, voy a barrer las hojas un ratito para que no tapen las alcantarillas. Caminé por ese peligroso sendero entre los autos y los transeuntes. De hecho, cuando pase frente a sus ojos, miré para el otro lado, simulando estar arquitectónicamente interesadísima por la fachada del Frávega de Callao.


....me temo que estoy lentamente falling in love con el kiosquerman.

        

6 comentarios:

  1. no temas miranda, no temas!!!
    el kosquero tiene mucho amor para darte, ademas de marrocs y toda la chocolatada.
    ya verás maja, ya veras!

    ResponderEliminar
  2. makuni lo de "toda la chocolatada" sonó medio raro pero en fin, hay que darle una oportunidad al kioskero man. Pero mirandita tenés que salir del placard ya! probá mirarlo cinco segundo seguidos a los ojos hasta que te haga reaccionar con un "qué otra querés" y vos le chantes un "tequieroavoskioskeroman"

    ResponderEliminar
  3. No entienden, esto es tan profundo, que no puedo enfrentarlo. Me inhibe su sola existencia!!! Y me derrite como una Rodesia a pleno sol!
    Les juro que nunca más entré al kiosco. Ahora compro en otro. Eso es amor, no me digan, es amor del más puro e inocente!

    ResponderEliminar
  4. Verónica Oportuno16 de febrero de 2010, 3:43

    Probaste con un yogurt?

    Yo creo que hay que romper el hielo YA.
    Las estrategias que se me ocurren son dos:
    1- ir con la compra predeterminada, cosa de que los nervios no te jueguen una mala pasada.
    No importa que no te animes a mirarlo a los ojos o se te caigan las monedas...con acercarte es suficiente.
    2- Si realmente no podes superar la inhibición te haces de una aliada que te acompañe por lo menos una vez, como para acortar distancias. Volver a pisar el territorio kioskero y darte cuenta que derretida y todo, estás buenisima!

    ResponderEliminar