viernes, 9 de julio de 2010

A mi hermano

Varias veces al día me voy volando hasta allá. Me tomo el primer vuelo y llego en un abrir y cerrar de ojos. Me paseo por las calles de tu barrio y me subo hasta tu piso. Me quedo un rato largo. Me siento en una silla y te miro, callada. Apoyo el codo en la mesa, la pera en la mano y me planto ahí, sin ganas ni fuerzas de irme. Me emociono y a veces lloro, porque estoy muy llorona, porque estoy muy así y porque sí, porque se me antoja mucho la tristeza. Nunca me ves porque no te aviso, soy bastante tímida para anunciarme, no quiero incomodarte con mi presencia. No digo una palabra, que se yo, me parece lo mejor. A veces abro un poco las ventanas, ventilo el ambiente, caliento un poco de agua y preparo té Cachamay.
Varias veces al día me paseo por tu barrio. Hoy más que nunca cierro los ojos y me imagino ahí al lado tuyo, acurrucada en la cama, como si tuviese ocho y vos quince. O como si fuese al reves y pudiese cuidarte.
Hoy sin remedio, te extraño, pienso en vos y me voy, una vez más, un ratito para allá.

5 comentarios:

  1. has vuelto a ponerte literaria.
    este relato me arrancó el corazón.
    aunque apoyes la mano en la pera y no la pera en la mano! cuánta sensibilidad habita en ti mujer.

    ResponderEliminar
  2. derroche de ternura. Que linda sos Miranda!

    ResponderEliminar
  3. Por qué no me avisas, pava?
    El otro día era yo solo frente a una pizza. Sabés lo extraño que es comer una mitad y guardar dentro del horno la otra mitad. Si hubiera sabido que estabas, hubiéramos compartido la bendita pizza, me hubiera vestido un poco y de noche te hubiera sacado a pasear por el madrid que tanto te gusta. Si hubiera sabido que estabas por algún rincón, no habría hablado solo tanto tiempo, que ahora no sé si fue hacia afuera o mentalmente, y hubiéramos podido conversar, reírnos y ponernos un poco al día. Que las lágrimas se van a colar en nuestros días juntos, ya lo sabemos y por lo menos yo no encuentro problema en eso. Con el calor que hace en Madrid, las lágrimas son un bien preciado. Una lágrima, frente a sangre de tu sangre es una delicia que riega la piel, como la mía, cada vez más seca y árida. Como este verano en Madrid.
    Así que avisá che, si vas a venir. Me encantaría. No seas pava.

    ResponderEliminar
  4. Qué hermoso texto. Me conmoviste mucho.

    ResponderEliminar