martes, 23 de noviembre de 2010

Los martes de Belela

El ritual se repite, como cuando tenía su edad.
Todos los martes y jueves, después del colegio iba a lo de mi abuela Memé.
Hoy la Kiki y el Mono repiten la historia, un tanto más moderna, aggiornada, más 2010.
Cada martes a las seis de la tarde se aparecen en casa, después del pool que hace su abuela por sus respectivos colegios. Se sientan en la mesa verde, piden el juguito del Tata y sus tostadas con manteca y azucar. Más, piden. Son unas lijas. La televisión prendida, futbol, casi siempre. El mono es un fanático y la Kiki, la verdad que sólo piensa en sus tostadas, no presenta queja. Asique, con grandisimas excepciones, no hay peleas al respecto.
Y cada martes se repite la magia. Las conversaciones, los juegos, los diálogos, las preguntas, los planteos, las peleas.
Jugamos a que yo era Messi, dice el Mono. Kiki pone cara de circunstancia, dónde entra Blanca Nieves en una cancha de 11? Dale, qué te pasa. Es que me parece que quiero jugar a otra cosa. Dale, encima que te dejo ser del Pincha Rata, qué más querés? Me pregunto si realmente el Mono piensa que con eso está convenciendo a su prima de que jugar al futbol es realmente el juego ideal. Y si, ahi va la pequeña a hacer que juega al futbol.
No es injusticia, no. Al contrario, es la equidad misma. Ya bien pasa el Mono su rato jugando al alumno y la maestra, casi siempre en dirección, lugar al cual le encanta mandarlo la Kiki. Que cosa teníamos las niñas con el tema del reto, como una especie de placer por la venganza, el morbo del castigo a los alumnos. Vivía mandando a pensar a mis osos. Adoraba gritarles y escribiéndoles notitas en cuadernos invisibles.
El Mono y Kiki son primos y se aman. Y aman a su abuela, la de todos los martes. E intentan incluirla en sus actividades, como hoy, que ponen los Simpson en la tele y le dicen: Vení que este programa te va a gustar, Bart va a una escuela católica. La belela se ríe, les sigue untando la décimo cuarta tostada y vuelve a reirse.
La tarde termina en la cama grande, donde ahora los dejo. Los tres de charla, le piden a Belela que cuente cuando sus papás eran chicos. Se enroscan en sus piernas, la miran fijo.
El mono se cansa....jugamos un partidito en la cama? Y las chicas se prenden gritando: HU-RA-CÁN! HU-RA-CÁN! Una batalla campal en la cama. Me retiro, a ver si todavía me invitan a jugar...!

Adoro pensar que mi abuela me quería así.
El ritual se repite, las abuelas también



4 comentarios:

  1. muy lindo! ... me hiciste acordarme mucho a la abuela. Si q la pasaba bien.
    Saludos a la abuela , la kiki y el Mono!

    beso grande Miranda! como siempre es un placer leerte.

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  2. miranbella
    me emocionasteSSSSS
    te quieroo
    Dorita

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  3. varios axiomas:
    las abuelas son lo más.
    Kiki siempre será del pincha rata porque aprendió a serlo en un mar de bosteros y gallinitas y se la banca
    Y tercero, una siempre será nieta, forever and ever mirandita

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  4. Me fascina saber q hace mi hijo cuando va a lo de su abuela, así que seguí escribiendo que yo seguiré leyéndote. Para saber más, para disfrutar más. Te quiero.

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