martes, 30 de abril de 2013

La boda


Me voy a casar con el Gran Pez. Empecemos por ahí.
La felicidad a veces necesita de gestos concretos y creo que un casamiento es algo bastante suficiente.
De pronto, todo aquello que antes me parecía bastante tonto, hoy me parece la tontería más linda del mundo. Estamos enamorados asique yo me quiero casar, y ud? Ok, me compro la Para Ti Novias.
Resulta que habrá baile, habrá vestido blanco y habrá un hombre entrando a su hija al altar.
Y aquí el tema. El que me anda rondando como una constante. Mi viejito. Qué me importa si el hombre de la casa le entrega su hija al nuevo hombre de la casa y si la tradición de los cojones. Ese día va a ser León, el hombre más maravilloso de la tierra, quien me acompañe por el camino más lindo de mi vida, esos escasos metros hasta mi amor. Como me acompaño al colegio, como me acompañó a Ezeiza, al castillo de Villa Gesell, hasta el fondo del mar y hasta la hamaca de la plaza de Barrientos. Ojalá me pudiera llevar a upa. Mi papá me acompaño en todos los caminos que recorrí. Y este, el más importante, amerita como mínimo, recorrerlo prendida a su brazo. Mi papá también es mi trofeo y yo, el suyo. No me da más el corazón de solo pensarlo. Asique vamos pá, pero sin bastón.
Dar gracias con un fiestón esta bueno, declarar el amor en frente de tantas personas, también.
Prometer es en vano, pero intentarlo nos hace más fuertes.
Vamos Gran Pez, rompemos to-do!






1 comentario:

  1. No hay derecho!! Uno viene lo más tranquilo a comerse una rica pizza a Cachavacha y termina llorando. Un León y una Leona llorando en Cachavacha. Será posible?

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